Una novela que te robará el corazón y te hará recordar la magia de los cuentos clásicos.
En el mágico reino de Wanderly, todos tienen un papel.
Birdie Bloom es una Trágica. ¿Qué quiero decir con «trágica»? Que básicamente está condenada a un final infeliz, por eso pasa sus días encerrada con otros diecisiete huérfanos en el Hogar para Trágicos de Foulweather, donde debería estar aprendiendo a aceptar su terrible destino.
Agnes Prunella Crunch es una bruja. Y una de las verdaderamente malvadas. Lo que quiere decir que debería estar perfeccionando su risa brujeril y lanzando maldiciones de El libro de las viles acciones.
¿Te imaginas cómo se pueden cruzar los caminos de Agnes y de Birdie? Bueno, te lo voy a contar… Birdie está desesperada por encontrar alguien con quien hablar y Agnes se encuentra atravesando una depresión de bruja. Lo único que podría ayudarlas a las dos es… una amiga. Y con la ayuda de unos vientos mágicos, una carta caprichosa y un libro muy peculiar puede que se encuentren la una a la otra. Y quizás, juntas, reescriban su historia y la conviertan en una que (entre nosotros…) no es para nada trágica.